Paz rebelde y el destino de nuestra América

Linea Conflicto Social y Paz

Simón Bolívar no solo fue un estratega militar y un líder político en la lucha por la independencia latinoamericana; también fue un pensador profundo de la paz. Sus discursos y escritos dan cuenta de una concepción que rebasa la paz como mera ausencia de guerra, proponiéndola más bien como una aspiración ética, un proyecto político de justicia, libertad y soberanía.

 

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Por: Alfonso Insuasty Rodríguez

11 de diciembre de 2025 TELESUR

Simón Bolívar no solo fue un estratega militar y un líder político en la lucha por la independencia latinoamericana; también fue un pensador profundo de la paz.

Sus discursos y escritos dan cuenta de una concepción que rebasa la paz como mera ausencia de guerra, proponiéndola más bien como una aspiración ética, un proyecto político de justicia, libertad y soberanía.

La paz para Bolívar se enraíza en una visión de integración regional, autodeterminación y dignidad humana, proyectándose no solo a escala continental, sino también como horizonte para un orden mundial más justo.

En su Carta al Congreso de Angostura, pronunciada el 15 de febrero de 1819, Bolívar expresó con contundencia: “La paz será mi puerto, mi gloria, mi recompensa y mi esperanza” (Bolívar, Discurso de Angosturas, 1819). Esta afirmación revela la centralidad que otorgaba a la paz como finalidad suprema de su proyecto político.

En el mismo documento, advertía que “más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía” (Bolívar, Discurso de Angostura, 1819), dejando ver que una paz verdadera exige justicia, vigilancia, esfuerzo colectivo y participación activa de los pueblos para evitar nuevas formas de dominación.

En la Carta de Jamaica de 1815, escrita en el exilio, Bolívar planteó de forma visionaria la necesidad de una unidad latinoamericana que garantizara la paz y la soberanía frente a los poderes imperiales. Afirmó: “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo” (Bolívar, Carta de Jamaica, 1815). Esta idea de integración política y cultural se vinculaba directamente con la construcción de una paz duradera en la región.

En el plano global, Bolívar fue un crítico radical y directo de la dominación de las potencias extranjeras. Advirtió sobre las consecuencias de aceptar su intervención en los asuntos internos de América Latina:

 “¿Y qué nos pueden ofrecer las potencias europeas sino más cadenas y más servidumbre?” (Bolívar, Carta de Jamaica, 1815).

Para él, una paz impuesta desde fuera, sin justicia ni autodeterminación, era una paz ficticia. Su propuesta del Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826 buscaba justamente consolidar un pacto de paz entre repúblicas hermanas, fundado en la cooperación, la defensa común y la soberanía regional (Bolívar, Convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá, 1824).

Las ideas de Simón Bolívar adquieren una vigencia total frente al actual contexto de América Latina y del mundo.

¿Cuál es el contexto hoy en el que resuena la visión y proyecto de Bolívar?

El mundo enfrenta un profundo colapso civilizatorio del modelo occidental, expresado en una crisis multidimensional —una verdadera policrisis— que pone en riesgo la vida y la dignidad de millones. Hoy, más de 735 millones de personas sufren hambre (FAO, 2023), 120 millones han sido desplazadas por conflictos armados o desastres ambientales (ACNUR, 2024)

El gasto militar global supera los 2,4 billones de dólares anuales (SIPRI, 2024). A este panorama se suma el avance acelerado de tecnologías orientadas al control social, el despojo sistemático de los territorios, y la represión violenta contra quienes los defienden.

El 10 % más rico de la población mundial concentra el 80 % de la riqueza, mientras que el 50 % más pobre apenas posee el 2 % (World Inequality Report, 2022). En América Latina, más de 60 millones de personas carecen de acceso al agua potable (CEPAL, 2023) Esta obscena desigualdad es síntoma de un modelo en crisis, sostenido por la violencia, la acumulación sin límites y la negación de los derechos fundamentales de las mayorías.

Desde 2018, Colombia funge indignamente como “socio global de la OTAN”, mientras que países como Chile, Brasil y Argentina participan en ejercicios militares coordinados por el Comando Sur de los Estados Unidos, bajo la retórica de la “interoperabilidad”. Maniobras como RIMPAC, Southern Seas 2024 o Estrella Austral 2025 dejan en evidencia la preparación de fuerzas regionales para guerras de alto impacto, más allá de la defensa legítima.

Este despliegue militar no ocurre en el vacío. Se inscribe en el contexto de un nuevo orden global hegemonizado por un feudalismo corporativo, donde megacorporaciones como BlackRock y Vanguard controlan activos financieros que superan el PIB conjunto de América Latina. A través de esta concentración de riqueza, una élite corporativa y ahora, de superricos rediseña el mundo a su antojo, vaciando de contenido los derechos sociales, debilitando las soberanías nacionales, los Estados y mercantilizando los bienes comunes. En los hechos, han asestado un golpe mortal al “contrato social”, columna vertebral del Estado moderno uno que los pueblos deben repensar, rediseñar o idear otras formas.

Simultáneamente, se intensifica el asesinato, persecución y criminalización de líderes sociales, defensores ambientales y pueblos indígenas, especialmente en territorios estratégicos por su biodiversidad y riqueza natural.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, promueven reformas y marcos normativos que facilitan la apropiación privada de tierras y fuentes de agua EBA – INSITUTO OAKLAND.

El auge de posturas políticas de extrema derecha y fascista, quienes implementan al tiempo un proyecto de transformación cultural hegemónica: control de medio masivos de comunicación, control de algoritmos intencionados, una sola mirada de la humanidad, control de redes, la construcción de la mentira, la disociación epistémica, la captura del arte a su funcional servicio, el control de las universidades, disputa por el currículo escolar, imposición de una mirada de la historia y el concepto de verdad

El pensamiento de Bolívar ofrece coordenadas clave para afrontar esta encrucijada. En su discurso ante el Congreso de Angostura (1819), expresó que “la justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad”. Para Bolívar, es claro que la paz no es la ausencia de guerra, sino resultado de la equidad, el respeto a la soberanía y la integración regional. En su célebre Carta de Jamaica (1815), advirtió que “un pueblo que ama la libertad, al fin será libre”, frase que hoy interpela a los pueblos del Sur Global ante nuevas y diversas formas de sometimiento.

El orden Occidental: crímenes, colapso y dominación

El genocidio en marcha contra el pueblo palestino, contra pueblos en áfrica, contra pueblos orignarios de nuestra américa y el ecocidio en marcha son prueba inequívoca del colapso de los basamentos axiológicos más elementales del sistema mundo occidental y su gobernanza global.

Esta polí-barbarie es rentable. Empresas vinculadas al complejo militar-industrial y financiero —Lockheed Martin, Raytheon, Elbit Systems, General Dynamics, entre otras— han incrementado sus ganancias en este proceso de exterminio, los grandes fondos de inversión se lucran con la guerra y el saqueo de recursos. Occidente, es hoy el gestor activo del horror, perdiendo cualquier vestigio de legitimidad moral.

Corporaciones como Apple, Tesla, Samsung o Microsoft están implicadas en cadenas de suministro marcadas por el trabajo infantil, la esclavitud moderna y la violencia paramilitar, como denuncia Amnistía Internacional (2023). Ni que decir del entramado empresarial petrolero —ExxonMobil, Chevron, BP, Shell— y su influyente lobie tras los “acuerdos o desacuerdos” climáticos .. Se trata de un suicidio planetario inducido, de una orgía de muerte y acumulación que revela la verdadera cara del orden occidental: militarista, racista, extractivista y destructivo.

La paz rebelde y la unidad de los pueblos

Frente a este no menos dantesco panorama, la Paz Rebelde se presenta como una alternativa política integral. No una paz superficial, neoliberal que maquilla la dominación, sino una paz tejida desde abajo, desde las resistencias de pueblos, comunidades y movimientos que defienden la vida.

Bolívar no fue un pacifista ingenuo. Fue un estratega de la paz como proyecto político radical. Lo dijo claramente en su testamento político: “Mis últimos votos son por la felicidad de la patria… y que cesen los partidos y se consolide la Unión” (Bolívar, Pensamiento Político, 1825). Hoy, esa unidad es más urgente que nunca, no solo como defensa regional sino como condición para sobrevivir al naufragio del mundo tal como lo conocemos.

En la figura de Simón Bolívar se condensan no solo los ideales independentistas del siglo XIX, sino también una visión estratégica y anticipatoria de la integración latinoamericana y la construcción de una paz duradera basada en la soberanía de los pueblos, una unidad que hoy se debe extender a todos los pueblos del Sur Global, pues somos “la mayoría del mundo”.

Bolívar concibió la paz como un proyecto profundamente político, que debía cimentarse sobre la autodeterminación de las naciones, la justicia social y la unidad regional frente a las amenazas imperiales.

Ya en 1815, desde su exilio en Jamaica, Bolívar señalaba en su célebre Carta, que los pueblos hispanoamericanos estaban siendo desangrados por la opresión y que su redención no podía venir de Europa, sino de su propia voluntad de unidad:

«¿No ha llegado el tiempo de mostrar al mundo antiguo que el nuevo mundo no es un campo de tiranos y verdugos, sino un continente de hombres libres?» (Bolívar, Carta de Jamaica, 1815).

Para Bolívar, la paz en América debía surgir de una confederación de repúblicas soberanas. Por ello convocó en 1824 el Congreso Anfictiónico de Panamá, con la idea de constituir una alianza política y militar entre las nuevas repúblicas, que evitara tanto la fragmentación como la injerencia de potencias extranjeras:

“La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino” (Bolívar, Convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá, 1826).

Esta visión contrasta fuertemente con la fragmentación que siguió al proceso de independencia, facilitada por la intervención de potencias como Inglaterra y, posteriormente, Estados Unidos. Bolívar, en este contexto, fue tajante al advertir sobre el naciente poder del norte:

“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad” (Bolívar, Carta a Patricio Campbell, 1829).

Bolívar comprendió con claridad que sin integración regional no podría haber soberanía auténtica, y sin soberanía, la paz sería una quimera.

Su proyecto político fue profundamente emancipador, pero también integrador y civilizatorio: no se trataba solo de romper con el dominio imperial, sino de construir una comunidad de naciones latinoamericanas unidas, capaces de enfrentar juntas los desafíos históricos. Si en su tiempo se enfrentaba al colonialismo europeo, hoy enfrentamos un neocolonialismo extractivo sostenido por un poder corporativo global de tipo feudal y por una élite ultrarrica que concentra más recursos que la mayoría de la humanidad.

El proyecto de Bolívar para la región, no puede leerse como una añoranza romántica, sino como una urgencia estratégica. Su propuesta de una federación de repúblicas latinoamericanas, solidaria, soberana y antimperialista, es hoy más vigente que nunca, pero ella debe extenderse a todos los pueblos del Sur.

Releer a Bolívar hoy implica entender su pensamiento como una apuesta por una “Paz Rebelde”: una paz que no se somete, que se teje desde abajo, desde las resistencias populares, desde las voces silenciadas de nuestra América.

Estudiar a Bolívar implica encarnar su proyecto, reinterpretarlo desde los desafíos actuales y convertirlo en motor de articulación regional y global, el llamado es tanto para los pueblos de nuestra américa como para los pueblos del Sur, para nosotros, que en realidad somos “La Mayoría Global”.

América Latina está llamada a recuperar su papel histórico, no para servir a intereses ajenos ni someterse a los designios del poder global, sino para conducir con dignidad su propio destino.

Su voz, diversa y rebelde, debe resonar en la construcción de un nuevo orden mundial justo, plural y verdaderamente humano. Un orden que se lidere y brote desde los pueblos del Sur, que se teja con el ritmo colorido y festivo de nuestras luchas, con la esperanza que danza entre los tambores, la memoria y la vida. Porque es desde esta tierra viva que se defiende la humanidad, se protege la madre tierra, se glorifican nuestros ancestros y se honra a las generaciones por venir.

Referencias

ACNUR (2024). 120 Millones desplazados por conflictos armados en el mundo. En: https://youtu.be/CKEa5ujf59s

Albanese, F. (30 de junio de 2025). From economy of occupation to economy of genocide. Obtenido de Report of the Special Rapporteur on the situation of human rights in the Palestinian territories occupied since 1967: From economy of occupation to economy of genocide

Amnistía Internacional. (2023). Congo: Technology companies still failing child labour cobalt. https://www.amnesty.org/en/latest/news/2023/11/dr-congo-technology-companies-still-failing-child-labour-cobalt/

Bolívar, S. (1815). Carta de Jamaica. https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/carta_de_jamaica.pdf

Bolívar, S. (1819). Discurso de Angostura. https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/discurso-de-angostura–0/html/

Bolívar, S. (1824). Convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá. Biblioteca Ayacucho. https://constitucionweb.blogspot.com/2009/11/la-convocatoria-al.html

Bolívar, S. (1825). Pensamientos Políticos. https://catalogoenlinea.bibliotecanacional.gov.co/client/es_ES/search/asset/197983/0

Bolívar, S. (1826). Carta a Sucrehttps://guao.org/sites/default/files/portafolio%20docente/CARTA%20DEL%20LIBERTADOR%20SIM%C3%93N%20BOL%C3%8DVAR%20AL%20MARISCAL%20SUCRE.pdf

Bolívar, S. (1829). Carta a Patricio Campbell. En Archivo del Libertador. Caracas. https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/CARTA%20AL%20CORONEL%20PATRICIO%20CAMPBELL.pdf

Carbonel , M., Aragón, E., Amorós, G., Ibañez , E., & Calvo , J. (2 de octubre de 2024). La banca armada y su corresponsabilidad en el genocidio en Gaza: La financiación de las empresas que fabrican las armas usadas en las masacres contra la población palestina. Obtenido de Centre Delàs d’Estudis per la Pau.: https://centredelas.org/publicacions/bancaarmadaigenocidi/?lang=es

CEPAL. (2023). Repensar el desarrollo en América Latina y el Caribe: contribuciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su 75° aniversario. https://www.cepal.org/es/publicaciones/81410-repensar-desarrollo-america-latina-caribe-contribuciones-la-comision-economica

FAO. (2023). The State of Food Security and Nutrition in the World. https://www.fao.org/documents/card/en/c/CC3017EN

Mausseau, F. (24 de enero de 2019). el mejor postor lo toma todo: el esquema del Banco Mundial para privatizar los bienes comunes. Obtenido de https://www.oaklandinstitute.org/highest-bidder-takes-all-world-banks-scheme-privatize-commons

OCHA. (2024). Occupied Palestinian Territory Humanitarian Impact. https://www.ochaopt.org/

ONU Agua. (2023). Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos. https://www.unwater.org/publications

Oxfam. (2025). Desigualdad S.A. https://lac.oxfam.org/desigualdad-2024/

RTVE. (20 de septiembre de 2023). La ONU alerta a los líderes mundiales sobre el peligro del cambio climático: «Hemos abierto las puertas del infierno». Obtenido de RTVE: https://www.rtve.es/noticias/20230920/onu-cambio-climatico-puertas-infierno/2456430.shtml

SIPRI. (2024). Trends in World Military Expenditure 2023. https://sipri.org/media/press-release/2024/world-military-expenditure-reaches-new-record-high

World Inequality Report (2022). https://wir2022.wid.world

Tomado de. https://www.telesurtv.net/opinion/paz-rebelde-y-el-destino-de-nuestra-america/

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