El mercado de carbono en Colombia, impulsado por proyectos REDD+, ha generado conflictos socioambientales y territoriales que afectan a comunidades campesinas y étnicas. La falta de transparencia, la mercantilización de la naturaleza y el despojo de tierras han profundizado la desconfianza en estos mecanismos, mientras el Estado sigue fallando en su regulación y supervisión.