Por: Wwf
En los últimos 50 años, nuestro mundo se ha visto drásticamente transformado por una explosión del comercio global, el consumo y el crecimiento de la población humana, junto a una poderosa expansión urbanística. Esto está provocando una destrucción y degradación acelerada de la naturaleza, en un mundo donde ya se están sobreexplotando los recursos naturales a un ritmo sin precedentes.
OCHO MIL MILLONES DE RAZONES PARA PROTEGER LA NATURALEZA
Mientras el mundo se tambalea por la alteración global más profunda de su vida, el Informe Planeta Vivo de este año proporciona una evidencia inequívoca de que la naturaleza se está desmoronando y que nuestro planeta está mostrando claras señales de advertencia. La destrucción de la naturaleza por parte de la humanidad está teniendo impactos catastróficos, no solo en las poblaciones de fauna y flora salvajes, sino también en la salud humana y en todos los aspectos de nuestras vidas. Se necesita con urgencia un profundo cambio cultural y sistémico, que hasta ahora nuestra civilización no ha conseguido alcanzar: la transición a una sociedad y un sistema económico que valore la naturaleza.
Debemos reequilibrar nuestra relación con el planeta para preservar la asombrosa diversidad de vida en la Tierra y permitir una sociedad justa, saludable y próspera para finalmente asegurar nuestra propia supervivencia. La naturaleza está disminuyendo a escala mundial a un ritmo sin precedentes en millones de años.
La forma en que producimos y consumimos alimentos y energía, y el flagrante desprecio por el medio ambiente arraigado en nuestro modelo económico actual, ha llevado al mundo natural a sus límites. La Covid-19 es una clara manifestación de nuestra relación rota con la naturaleza y destaca la profunda interconexión entre la salud de las personas y el planeta. Es hora de que respondamos al SOS de la naturaleza.
No solo para asegurar la asombrosa diversidad de vida que amamos y con la que tenemos el deber moral de coexistir, sino porque ignorarla pone en juego el futuro de casi ocho mil millones de personas. El futuro mejor comienza con las decisiones que toman hoy los gobiernos, las empresas y las personas de todo el mundo.
Los líderes mundiales deben tomar medidas urgentes para proteger y restaurar la naturaleza como base para una sociedad sana y una economía próspera. Es hora de que el mundo adopte un Nuevo Acuerdo para la Naturaleza y las Personas, comprometiéndose a detener y revertir la pérdida de la naturaleza para 2030 y a construir una sociedad neutra en carbono y positiva para la naturaleza. Esta es nuestra mejor protección para la salud humana y los modos de vida a largo plazo, y para garantizar un futuro seguro para nuestros hijos.
UNA VISIÓN PANORÁMICA
La naturaleza es esencial para la existencia humana y para una buena calidad de vida, pues ofrece y conserva el aire, el agua y el suelo de los que dependemos. También regula el clima, asegura la polinización y el control de plagas y reduce el impacto de las catástrofes naturales. Pero cada vez se necesita más alimento, energía y materia prima para más personas en más lugares del planeta, con la consecuente sobreexplotación del mundo vegetal y animal, lo que está deteriorando la capacidad de la naturaleza de seguir proporcionando estos recursos en el futuro.
En los últimos 50 años, nuestro mundo se ha visto drásticamente transformado por una explosión del comercio global, el consumo y el crecimiento de la población humana, junto a una poderosa expansión urbanística. Esto está provocando una destrucción y degradación acelerada de la naturaleza, en un mundo donde ya se están sobreexplotando los recursos naturales a un ritmo sin precedentes.
Las últimas áreas realmente vírgenes que aún quedan en el planeta se encuentran en unos pocos países. Como resultado de todo ello, nuestro mundo natural se está transformando más rápido que nunca.
El Índice Planeta Vivo global 2020 muestra, por ejemplo, un desplome medio del 68% en las poblaciones analizadas de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre 1970 y 2016. Las tendencias poblacionales de las especies son importantes porque constituyen un buen indicador de la salud global de los ecosistemas.
Pero medir la biodiversidad, la variedad de todos los seres vivos, es una cuestión compleja, por lo que no existe una medida única capaz de reflejar todos los cambios que se van produciendo en la rica red de la vida.
Aún así, la inmensa mayoría de los indicadores usados muestran un claro declive neto a lo largo de las últimas décadas.
¿Estamos a tiempo de revertir estas tendencias?
Esta fue la pregunta planteada en 2017 por la iniciativa “Revertir la Curva” de WWF y más de 40 universidades, organizaciones conservacionistas e instituciones intergubernamentales con el fin de investigar y diseñar itinerarios para, precisamente, revertir la curva de la pérdida de biodiversidad.
En la actualidad, este modelo pionero ha proporcionado una prueba de que aún estamos a tiempo de detener y cambiar esta tendencia provocada por la alteración en los usos del suelo. Partiendo de un planteamiento novedoso y un enfoque directo, tanto de la conservación de la naturaleza como de la transformación de nuestro sistema alimentario actual, este modelo nos ofrece una hoja de ruta para restaurar la biodiversidad sin dejar de mantener a una creciente población humana.
Pero para lograrlo será necesario un liderazgo sólido y que todos pasemos a la acción. Para incluir más voces de la iniciativa “Revertir la Curva”, hemos pedido a investigadores y profesionales, tanto jóvenes como veteranos, de diversas culturas y países, que compartan con nosotros cómo se imaginan un planeta sano para las personas y para la naturaleza. Hemos reunido sus opiniones en un suplemento especial del Informe Planeta Vivo 2020 titulado “Voces por un Planeta Vivo”.
La serie de catástrofes recientes, como los incendios devastadores, las plagas de langostas y la pandemia de la Covid-19 están sacudiendo la conciencia ambiental global, demostrando que la conservación de la biodiversidad debe convertirse en una inversión estratégica no negociable destinada a preservar nuestra salud, recursos y seguridad.
El año 2020 estaba llamado a convertirse en clave, pues la comunidad internacional iba a empezar a desarrollar planes ambiciosos para por fin tomar las riendas del Antropoceno con importantes reuniones sobre cambio climático, biodiversidad y desarrollo sostenible, pero debido a la Covid-19 la mayoría de estos encuentros han tenido que posponerse hasta 2021.
La situación actual del planeta confirma que el mundo y sus líderes deben embarcarse en un nuevo acuerdo global para la naturaleza y las personas que nos encamine hacia un desarrollo general sostenible y saludable. Somos conscientes de que este “Informe Planeta Vivo 2020” de WWF se hace público en un momento especialmente complicado.
Mientras el mundo se precipita inevitablemente hacia un periodo de turbulencias, volatilidad y cambios, hemos recopilado información que esperamos sirva para inspirar las actuaciones necesarias para abordar los retos ecológicos, sociales y económicos globales cruciales de nuestro tiempo.
Tomado de: https://wwfeu.awsassets.panda.org/downloads/lpr20_full_report.pdf
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