Por: News Putumayo.
“El proyecto Mocoa” como se le ha denominado a la operación milimétrica y militarmente planeada cuenta con todo el respaldo y apoyo gubernamental.
Alrededor de “4.600 MILLONES de libras de cobre y 511 MILLONES de libras de molibdeno, para una producción aproximada de 20 años”, ubicados en la zona alta de la cuenca del rio Mocoa y considerado como uno de los yacimientos de ese recurso de metal más grande de Colombia, según lo manifiesta, Ian Harris, presidente y director ejecutivo de la multinacional Libero Copper & Gold Corporation, a distintos medios de comunicación nacional e internacional, hacen de ese santuario natural y ancestral, ubicado en la puerta de la amazonia colombiana a 10 km de Mocoa capital de Putumayo, como el sitio perfecto para desenterrar un tesoro muy codiciado por las corporaciones mineras internacionales y el Gobierno Nacional de Colombia.
“El proyecto Mocoa” como se le ha denominado a la operación milimétrica y militarmente planeada cuenta con todo el respaldo y apoyo de la Presidencia de La República de Colombia, Ministerio del Interior, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ministerio de Minas y Energía, Instituto Colombiano de Minería y Geología, Ejército Nacional de Colombia y algunas entidades estatales en la región, entre otras, Corpoamazonia.
Hacia el sur del punto de extracción corre el Río Mocoa, arteria fluvial del municipio de Mocoa y de municipios aguas abajo de la región, el cual, desde luego, será la fuente que reciba el impacto requerido por los distintos procesos de minería y beneficio del “Proyecto Mocoa”.
La Multinacional minera con capital canadiense en su mayoría, espera convertir a Mina el actual proyecto en un lapso de 4 a 5 años, quiere decir que a finales de 2025 y mediados de 2026 ya estaría operando la explotación del mineral a gran escala o la Mega Minería en Mocoa Putumayo; por lo que el tiempo de vida es corto para la cuenca del rio Mocoa, diversos afluentes que bañan la región, dos (2) resguardos indígenas de esa zona del Putumayo y el propio rio Mocoa como los primeros intervenidos por el “progreso y desarrollo” y el hambre que aqueja a unos y otros.
Con un dulce y obnubilado discurso la multinacional Libero Copper de capital canadiense, que al parecer en la región se hace pasar por constituida en Colombia, ha comenzado ya las actividades de Mega Minería en Mocoa, desarrollando procesos de prefactibilidad, para luego y lo más rápido posible entrar al estudio de factibilidad, por lo que, según medios internacionales, “este año tiene previsto inversiones por más de US$5 millones de dólares para las actividades de geoquímica, geofísica y perforaciones iniciales”, que ya se están realizando en la zona alta de la cuenca del rio Mocoa en la cual han incluido algunos trabajadores de Mocoa, de la zona y veredas aledañas a la mina, quienes lucen orgullosos la camiseta de la multinacional minera que les ayuda a saciar su hambre en la actual pobreza económica que padece esa región. La multinacional canadiense también “espera invertir para el año 2022 alrededor de US$10 a 20 millones de dólares” con el fin de agilizar la conversión del proyecto a mina para dar inicio a la explotación del mineral de cobre y molibdeno.
Ante tal descomunal capital internacional y aparato estatal, deben enfrentarse los defensores de la cuenca alta del rio Mocoa, y los defensores de la vida y biodiversidad de la amazonia colombiana, donde es claro que gran parte de la comunidad rechaza la presencia de las multinacionales mineras en su territorio y le han dicho un NO rotundo a la Mega Minería en Mocoa, mientras otra parte de ciudadanos constituida por recientes colonos, y algunos avivatos, llegados a esa ciudad producto de la pobreza de otros departamentos, solo son espectadores sin compromiso ni interés por el futuro de la región, y finalmente están los otros muy pocos lugareños que ya lucen cómodamente puesta la camiseta de la multinacional minera defendiendo sus intereses como si fueran propios.
Y es que la intervención Mega Minera es de tal magnitud que los efectos ambientales a la Amazonia Putumayense son de grandes proporciones, así en el papel y los grandes ladrillos teóricos de estudios técnicos pinten maravillas de manejo ambiental, cultural, social, entre otros; más aún si la entidad que vigila dichos procesos son entidades como Corpoamazonia, que al parecer y por consenso público ha perdido la total credibilidad en la región respecto de su papel de autoridad, se acomoda muy fácilmente a órdenes superiores sin ningún criterio regional y luce extraviada en su papel de entidad defensora de la amazonia sur colombiana. Para ello solo basta observar la contratación de mas de 6 mil millones de pesos en la formulación del Plan de Manejo de la cuenca del rio Mocoa, estudios que nadie conoce, son archivados en la polvorienta biblioteca de esa entidad y fueron formulados posterior a los muy sonados y cuestionados estudios del PBOT de Mocoa, que define la suerte de ese pedazo de territorio amazónico.
Los líderes y comunidades organizadas defensoras de la biodiversidad ambiental y ancestral buscan desde la constitución política y las normas colombianas el amparo legal que les permita encontrar el camino de la conservación de la cuenca y la vida de la amazonia como legado de futuro a las actuales y nuevas generaciones de Mocoenses y Putumayenses, tratan desde los instrumentos de la apropiación colectiva del territorio bajo la figura jurídica de la Zonas de Reserva Campesina (ZRC) o desde el amparo legal de la Amazonia como Entidad Sujeto de Derechos, les permita conservar su hábitat natural y sus fuentes hídricas de una cuenca que está condenada al desastre.
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