Hablar del conflicto armado que vive Colombia y sus orígenes, implica tomar como elemento a resaltar, una problemática de concentración de tierras que no solamente no se ha resuelto sino que además se ha intensificado con la creación de ejércitos privados encargados de aniquilar cualquier manifestación de inconformidad con un sistema político y económico que excluye de sus beneficios a la gran mayoría de la población colombiana.
Mauricio Romero manifiesta que estos grupos armados aparecen como la respuesta de élites locales a las posibilidades de apertura económica y política que surgían con las negociaciones de paz entre gobierno central y grupos guerrilleros en especial durante la década de 1980[1].
Entre estas élites cabe resaltar la importancia que adquirieron terratenientes emergentes enriquecidos por la actividad del narcotráfico, que en compañía de miembros del ejército nacional y el poder político regional, organizaron ejércitos culpables entre otros de los más de 30 mil desaparecidos que se estiman existentes en Colombia, y de los cerca de 5 millones de desplazados y despojados de sus tierras de los que habla CODHES.
Desplazamiento forzado ha sido una constante desde la década ya mencionada y permitió una contrarreforma agraria que despojó a campesinos de sus tierras y por esta vía de sus posibilidad real de sustento.
Pero no han sido solo terratenientes los beneficiados de este modelo de despojo, se sabe por ejemplo que empresas trasnacionales han usado el terror paramilitar con el fin de controlar las regiones en las cuales hacen presencia, dejando además de los problemas de pobreza que suelen generar, graves situaciones humanitarias.
Lo anterior permite observar que el control territorial y la concentración de tierras se constituyen como centro de un conflicto en un país cuyo proceso de modernización capitalista no se ha presentado, en la medida de que los rasgos principales de su modelo económico obedecen a lógicas de explotación rentista.
Se puede afirmar entonces que modelo de desarrollo implantado, control territorial y concentración de tierras son elementos relacionados y que solucionar tal problemática también pasa por un estudio riguroso de tal cuestión.
Con el ánimo de cumplir esta tarea el Grupo de Investigación Para la Transformación Social Kavilando, ha querido abrir la línea de investigación Territorio y Despojo cuyos proyectos iniciales se centran en dos temas específicos, de un lado las llamadas nuevas formas de despojo y de otro, las consecuencias -económicas, medioambientales, humanitarias, etc.- que la presencia de grandes proyectos mineros en especial de empresas trasnacionales, traen a las regiones donde se asientan. Lo anterior buscando una contribución académica y una posición crítica frente a las lógicas de exclusión desarraigo y despojo que han sufrido millones de personas en Colombia.
No queda más que decir Bienvenidas las contribuciones de quienes compartan la intención de hacer de la actividad académica un espacio para la transformación social.
[1] Véase Romero, Mauricio. Paramilitares y autodefensas 1982 – 2003. Colombia : Temas de Hoy, 2003