Por: Mesa Nacional Por El Derecho A La Salud
El Ministro de Salud, Alejandro Gaviria, acaba de salir a los medios a desmentir diez supuestos mitos sobre la salud en Colombia. Se nota que le molestó que los organismos de control y más de diez organizaciones de la sociedad civil le dijéramos a la Corte Constitucional que el sistema de salud está en una profunda crisis y que las medidas del gobierno nacional no son más que paliativos para hacer financieramente viable el negocio.
El mismo negocio que ha alimentado a Saludcoop y a muchas EPS en las últimas dos décadas, a expensas del sufrimiento de la gente, la quiebra de hospitales, la precariedad laboral en el sector y la incapacidad institucional del Estado para administrar los recursos públicos de la salud.

No se puede tapar el sol con un dedo. Ministro, no son mitos:
1. Aunque gastemos menos en salud que nuestros países vecinos, ¿cómo sería si los escasos recursos no se quedaran en las arcas de las EPS?
2. Aunque aparezca en las encuestas que el 80% de los atendidos salen satisfechos, ¿cuándo vamos a reconocer que existen retrasos en la atención que nos tienen en el peor de los indicadores en el mundo de mortalidad por cáncer curable en niños (linfomas y leucemias) o en mujeres (seno y útero)?
3. ¿Cómo afirmar que no hay crisis de salud pública cuando no logramos detectar a los tuberculosos, tenemos el más alto indicador de sífilis congénita de la región y seguimos con las desigualdades más abrumadoras entre regiones o entre regímenes en asuntos tan sencillos como la mortalidad materna? ¿Acaso la desnutrición infantil que estamos viendo en La Guajira o en El Chocó dejó de ser un problema de salud pública?
4. Aunque haya aumentado el acceso de los más pobres a servicios de alta complejidad, ¿no es diciente que cerca del 70% de las tutelas es por servicios que están dentro del POS y que ya fueron pagados a las EPS?
5. ¿Cómo decir que el lucro nada tiene qué ver si vemos que a las EPS les va mejor entre menos gasten la UPC que reciben o cuando se autocompran servicios por integración vertical o comercial, tal como se demostró en el caso Saludcoop con sus tres EPS y sus más de 130 empresas integradas?
6. ¿Cómo conformarse con la disminución de la tasa de tutelas por afiliados, cuando cada cinco minutos se prolonga la atención, la incertidumbre y el sufrimiento por una tutela innecesaria en salud, según la misma Defensoría?
7. ¿Cómo centrarse en las tutelas de alto costo que algunos ricos interponen, cuando la mayoría son por servicios negados injustificadamente a población de medios y bajos recursos del régimen contributivo y del subsidiado?
8. ¿Cómo ridiculizar la metáfora de inconformidad de la gente con el ibuprofeno cotidiano, mostrando la desproporción del gasto de alto costo impulsado por las transnacionales farmacéuticas sin control alguno?
9. ¿Cómo negar la intención de cerrar o vender hospitales si se les obliga a toda costa a ser autosostenibles sin pagarles las deudas de las EPS y de los entes territoriales?
10. ¿Cómo negar la falta de rectoría cuando el gobierno nacional no quiere liquidar las tres EPS de Saludcoop que deben liquidarse por ley –como lo ha demostrado la Contralora- para recuperar los recursos mal habidos, pagar las deudas y encargarse de los pacientes desde una administración pública?
No, señor Ministro. No es aceptable su “desmitificación” de la crisis de la salud. La sociedad colombiana reclama un nuevo sistema de salud que piense realmente en salud y no en los negocios de la enfermedad que tanto le preocupan. Existen alternativas aunque no las quiera ver. No se acaba el mundo sin EPS. Para eso estamos la sociedad, el Estado y muchos profesionales dispuestos a cuidar los recursos públicos, fiscales y parafiscales, que todos ponemos, para que nadie se quede sin atención y para prevenir al máximo las enfermedades por medio de condiciones reales para una vida saludable en todas las regiones del país.













