por NATALIA HERRERA DURÁN
La Plaza Ché, en el corazón de la Universidad Nacional de Bogotá, fue una vez más sitio de encuentro de un paro nacional universitario. A las 9 de la mañana se congregaron allí miles de estudiantes y profesores. Varios se disfrazaron, otros pintaron pancartas, extendieron pendones e imprimieron folletos. Algunos cubrieron su rostro con trapos, guardaron pimpones de pintura y espráis en los morrales para garabatear paredes, y entonaron consignas y arengas, que poco después repitieron hasta el cansancio mientras caminaban hasta la Plaza de Bolívar de la capital.