Por: Ulahy Beltrán López
Hace solo unos días el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, dio a conocer los que él llama “los 10 mitos que se han generado en torno a la salud en Colombia y que contribuyen a que exista una percepción negativa sobre el sistema en el país”.
Dentro de esos “mitos” que mencionó el jefe de la cartera de Salud está que Colombia invierte mucho en salud, que los colombianos odian el sistema, que existe una crisis de salud pública, que los avances en cobertura no implican mayor acceso y que el ánimo de lucro es la raíz de todos los problemas del sector. De igual forma, en esa “lista de mitos de Gaviria” se incluyen que las tutelas en salud están disparadas, que las tutelas benefician a los más pobres, que los pacientes “solo reciben Ibuprofeno”, que desde el Gobierno existe un plan macabro para cerrar hospitales públicos y que el Ministerio de Salud y Protección Social no ejerce ninguna rectoría.
Para el responsable del sector salud en el ejecutivo, todas estas percepciones y opiniones sobre el sistema de salud colombiano no son reales, sino simplemente son “mitos” que están en el imaginario de algunos habitantes de este país.
Aunque es respetable lo que al respecto piensa el ministro de un sector tan sensible y complejo como ha sido en los últimos 20 años el de la salud, para una cantidad importante de colombianos todos esos “mitos” distan de ser eso y son más bien realidades del día a día que caracterizan el acontecer actual de la salud en este país.
Y si bien es cierto que a cada uno de esos puntos de la lista el ministro Gaviria le estableció reparos y cuestionamientos ((http://www.caracol.com.co/noticias/actualidad/8203diez-mitos-sobre-el-sistema-de-salud-en-colombia-minsalud/20140414/nota/2177238.aspx).), no es menos cierto que encuestas serias y respetables demuestran que el 80% de los colombianos dice estar descontento con el sistema de salud o con las políticas de salud de este país (http://ulahybeltranlopez.blogspot.com/2014/04/encuestas-y-la-reforma-de-salud.html).
Así mismo, cuando se revisa la salud pública, según el Informe del Estudio Multicéntrico realizado por la Facultad de Salud Pública Héctor Abad Gómez, de la Universidad de Antioquia, Colciencias, la Universidad Nacional de Colombia, la University of Illinois at Chicago, y la Universidad Santo Tomás de Medellín, titulado “Tensiones en las decisiones en Salud Pública en el sistema de salud colombiano: el bien común en confrontación con los intereses y prácticas particulares” y publicado en el 2014, Colombia posee cifras preocupantes de mortalidad materna, así como la tendencia al alza del VIH-Sida, además de las enfermedades crónicas no transmisibles.
Si además de lo anterior se tienen en cuenta las dificultades financieras que se han cronificado en este sector, las multimillonarias desviaciones de recursos de la salud en fines que en nada se relacionan con ella, la sostenibilidad operacional cada vez más difícil de los hospitales públicos, las constantes negaciones de servicios a personas afiliadas a los regímenes contributivo y subsidiado, el último informe de la Defensoría del Pueblo que muestra el innegable crecimiento progresivo año a año de las tutelas para defender el derecho a la salud, y las noticias de cómo algunos actores intervinientes en el sistema se han lucrado y no han garantizado los servicios a los pacientes, debe reconocerse que estos “mitos” enunciados por el ministro, antes que erradas percepciones y opiniones, hacen parte de la “triste lista de realidades incontrovertibles del sistema de salud colombiano”. Con el debido respeto, Ministro, ¡hay muchísimo de realidad y muy poco de mito en lo que diariamente viven y sufren muchísimos colombianos!