Conocí de cerca al maestro Héctor Abad Gómez. El día que fue asesinado vi su cuerpo en el pavimento cerca de la sede de Adida. Ya habían asesinado a Felipe Vélez, quien alcanzó a terminar derecho en la Universidad Autónoma Latinoamericana. Moñona hicieron los infames que han odiado los Derechos Humanos y a las personas que los defienden. Ese día lloré como nunca, sentí que me desvanecía.