Teoría social del falso positivo

Linea Conflicto Social y Paz

Por Néstor Cuervo L. El Quindiano

¿Por qué los miles de asesinatos producidos por el Estado Colombiano, mediante los mal llamados “falso positivos”,no generan un escándalo unánime de la población y deslegitiman el régimen dominante?

 

 

 

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El antropólogo indio-estadounidense Akhil Gupta, publicó en 2012 un libro titulado Red Tape. El libro se ocupa de la materialidad del Estado y pone sobre la mesa la relación entre Estado, pobreza y violencia extrema en India. Lo llamativo de la obra de Gupta es que empieza y termina con dos preguntas morales y políticas-referidas a la India- perobastante pertinentes para los colombianos y que pocos se atreven hacerse: ¿por qué un Estado cuyo objetivo ha sido proclamar el desarrollo no ha podido ayudar al abrumador número de personas que viven en extrema pobreza? .Y ¿Por qué sus muertes no generan un escándalo que deslegitime el régimen dominante?(ver)

Esta última pregunta obliga trasladarnos a Colombia para re-definir y descomponer la pregunta en los siguientes términos.

¿Por qué los miles de asesinatos producidos por el Estado Colombiano, mediante los mal llamados “falso positivos”,no generan un escándalo unánime de la población y deslegitiman el régimen dominante?

¿Es posible seguir pensando que tales crímenes fueron producto de “manzanas podridas” al interior de las FF.AA?

¿Es creíble la sibilina tesis del “fuego amigo”, en la lucha de la civilidad contra la delincuencia, enunciada en la tristemente famosa frase “no estarían cogiendo café”?

Información tergiversada

Sostengo la hipótesis de que ésta situación se tolera porque el grueso de la población recibe, a través de los medios de comunicación hegemónicos, información tergiversada y manipulada de tales crímenes. Y cuando no, silencio. Información que confunde y conduce a la aceptación pasiva de los mismos. Incluso a la revictimización de los dolientespor el propio gobierno, como sucedió recientemente en el Congreso de la República al negar, con votos mayoritarios de los partidos que apoyan al gobierno, la propuesta querendía homenaje a los familiares de la victimas de “falsos positivos”. Complementos todos de una estrategia dirigida a naturalizar una “estética de lo atroz”, una “ética de la barbarie” y un “cinismo colectivo” como correlato moral de la impunidad. (ver)

En internet circulan dos libros del excoronel de la policía y sociólogo Omar Eduardo Rojas Bolaños. Uno, titulado Teoría Social del falso positivo. Manipulación y guerra, escrito con un equipo de investigación de la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín, encabezado por él. Y, otro anterior, titulado Ejecuciones extrajudiciales en Colombia, 2002-2010, realizada en colaboración con Fabián Leonardo Benavides S. Docente investigador de laUniversidad Nacional de Colombia, Universidad Pedagógica Nacional y Universidad Santo Tomás y editado por ésta última.

 

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Ejecuciones extrajudiciales

Las revelaciones que traen las investigaciones son aterradoras y poco conocidas de la opinión pública. En entrevista realizada por el Diario Español El Diario.es a propósito del libro Ejecuciones extrajudiciales, dice: “No hay ningún falso positivo que se diera por azar, sino que todos los casos obedecen a una estrategia estatal para llegar y evidenciar que se estaba ganado la guerra contra las FARC. Antes de cada falso positivo se reunían en una sala de crisis el comandante de logística, el administrativo, el comandante de brigada, el de división, el de inteligencia, además de otros y planeaban dónde iban a dar el golpe, pero también de dónde iban a sacar el 'insumo'. O sea, las personas que iban a ser asesinadas”.(Ver)

Teoría social del falso positivo

En el libro Teoría social del falso positivo el excoronel afirma:

El mito de las “manzanas podridas” es completa y abrumadoramente inverosímil , pues para montar un “positivo” se requiere tener recursos institucionales, contar con una serie de redes- comenzando por los reclutadores- y a menudo coordinar entre distintas unidades del ejército y la policía. No hay la menor posibilidad de que esta matazón de gente completamente desvinculada del conflicto armado, cuyas únicas características comunes eran ser pobres, jóvenes y vulnerables, se hubiera podido llevar a cabo en secreto o de manera aislada” (Presentación. Pag.14). La respuesta con la que la institucionalidad estatal ha respondido a estos crímenes es sencillamente insostenible.(Ver)

Las revelaciones de ambas investigaciones permiten pensar que la sociedad colombiana ha estado por mucho tiempo en manos - ¡hasta cuándo!- de verdaderos criminales.

En Teoría social del falso positivo se revela cómo el término “falso positivo” es “acuñado en una sala de crisis por militares colombianos, durante la primera década del siglo veintiuno” para referirse a un “escenario no cierto” y con el propósito de “ desviar responsabilidades estatales e institucionales para opacar y desviar la atención por denuncias de organismos internacionales, defensores de derechos humanos y víctimas por el asesinato generalizado y sistemático, en figurados campos de batalla, de personas indefensas que fueron reclutadas, secuestradas y aprehendidas de manera legal e ilegal”. (pág.82).

Estos crímenes fueron determinados por “una articulación de lineamientos y políticas. La política de seguridad democrática y la política de recompensas se sumaron, entonces, a lineamientos y directrices institucionales, de igual manera que a la evaluación de militares y policías por las acciones contra el terrorismo, entendidas no como la aprehensión o neutralización del enemigo sino como el número de bajas” (pag.36). Constituyéndose en una práctica sistemática, una verdadera empresa criminal, que compromete a las cúpulas militares en casi todas sus instancias, pero también a desmovilizados, redes de informantes, reservistas, asesores de la justicia penal militar quienes asesoraban a los soldados en el lugar de los hechos y en sus despachos para eludir la acción de la justicia.

Un elemento esencial

Los libros tienen un elemento adicional, que los hace más interesantes: son producidos por un excoronel, es decir, por alguien que conoce la institución “desde dentro” que,además de sociólogo, lo acompaña un equipo de investigación y recibe el apoyo editorial de dos prestigiosas universidades del país. No son precisamente obras de un alguien que se pueda tachar de comunista o “castrochavista” o, como se dice ahora, de “neosocialista” para descalificarlo.

La introducción al libro, Teoría Social del Falso positivo, es del conocido politólogo Francisco Gutiérrez Sanín del Instituto de estudios políticos y relaciones internacionales de la Universidad Nacional y se desarrolla en varias fases. En una primera, se evidencia que los asesinatos “obedecían a una planeación estratégica del sector Defensa y Seguridad” cuyo objetivo era “mostrar resultados tangibles, evidenciando “una relación directa entre la doctrina militar y las ejecuciones de personas por las fuerzas armadas”(pág.31). Una segunda fase de la investigación “Descripción del fenómeno”, relata el modus operandi del “falso positivo” antes, durante y después revelando la coordinación existente entre distintos grupos y unidades militares y dependencias adscritas al Ministerio de Defensa y otras dependencias del Estado.

Características de la teoría del falso positivo

Pero, lo interesante del libro está en lo que tiene que ver con la Teoría Social, algunas de cuyas características se pueden sintetizar así:

1. “El Falso positivo” ha sido, desde comienzos del siglo XX un instrumento de manipulación institucional y social al que recurren Estados y corporaciones económicas- estas mediante falsa publicidad- para consolidar regímenes y fortalecer su poder económico, político y social. Se ha usado en diferentes partes del mundo para afianzar sistemas ideológicos radicales y extremistas, confundiendo, desinformando, causando polarización y configurando una opinión pública sesgada basada en una realidad distorsionada mediáticamente.

2. Es y ha sido un instrumento de guerra. Responde a la policita exterior de los países más fuertes sobre los más débiles y se utiliza para desacreditar a gobiernos no alineados con sus intereses mediante el uso de Fakenews –versión mediática del falso positivo- que propicien y justifiquen intervenciones externas yagresiones militares regionales.

3. El falso positivo convence a la gente de que sus actores actúan por principios altruistas y que los crímenes realizados garantizan el bienestar y la seguridad de todo el colectivo social.

4. El falso positivo militar conduce a una desconexión moral, personal y profesional de sus ejecutores, quienes gracias a estímulos actúan en contra de la protección de los derechos humanos y de las normas constitucionales nacionales.

5. Existe una relación entra adoctrinamiento y falso positivo. En las sociedades en vías de desarrollo se internaliza en las instituciones militares la doctrina del enemigo interno donde este puede ser cualquier ciudadano. Las experiencias vividas en las escuelas de entrenamiento militares, donde se someten a torturas y tratos inhumanos moldean la estructura mental de militares y policías deshumanizando a quienes han hecho su enemigo.

6. No sólo personal de las fuerzas armadas se adoctrina en estrategias del falso positivo. Durante los últimos años, el falso positivo judicial se ha impulsado para convertirse en herramienta de guerra, de ahí que regímenes, bajo la figura de cooperación y tecnificación del sector justicia, capaciten a magistrados, jueces, técnicos y operarios de los países aliados en técnicas para construir expedientes y plantar pruebas, entre otros, para comprometer a personas inocentes en actos violatorios de la ley penal.

Armenia, diciembre 13/2020

Tomado de: https://www.elquindiano.com/noticia/23382

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