El Grupo Interdisciplinario por los Derechos Humanos GIDH, informa a la comunidad de defensoras y defensores de Derechos Humanos, así como a todas aquellas personas que acompaña y asesora, que se ha visto obligado a cerrar indefinidamente su sede a partir de la fecha, debido a graves amenazas recibidas durante los últimos meses y sobre las cuales se recibió información, se planea hacerlas efectivas en las próximas horas.
En contraste con la inactividad de la Fiscalía y el Gobierno nacional para la protección de nuestro derecho a la vida y a la defensa de los derechos humanos, dos integrantes del GIDH han tenido que enfrentar, un hostigamiento sin tregua por parte del ente investigador, con ocasión de falsas denuncias presentadas por una sola persona relacionada con una de las víctimas del Caso Masacres de Ituango, coordinadas desde distintos municipios del Departamento, cuyos verdaderos propósitos desconocemos. No solamente se omite la regla y garantía procesal de unificar la investigación, sino que las expresiones de los funcionarios judiciales indican que han decidido aplicar una especie de Principio de "Presunción de culpabilidad" hacia los integrantes del GIDH. En el trámite de las indagaciones se han recibido declaraciones de decenas de víctimas, controvirtiendo los fundamentos de las denuncias, que no han encontrado eco en los funcionarios judiciales para verificar la inexistencia de los presupuestos para mantener las investigaciones abiertas.
Ante la inoperancia e indiferencia de la Fiscalía General y del Estado de Colombia para proteger nuestras vidas, de la misma forma que lo fue para no proteger la vida de nuestro compañero Jesús María Valle Jaramillo, nos vemos en la imperiosa obligación de cerrar por tiempo indefinido nuestra sede en la ciudad de Medellín.
Nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos no depende del permiso que nos den los asesinos ni de los que buscan oscuros beneficios; no depende del policía que pasa cada tres días por el frente de nuestra oficina supuestamente realizando vigilancia; no depende de acuerdos con el Estado que nunca cumple, no depende de la justicia que nunca arrima. Nuestro compromiso es y ha sido con las mujeres ultrajadas y violentadas, con los desposeídos y desplazados, con los niños y niñas abusados y maltratados, con las víctimas del Estado sin hacer distinción entre ellas. Nuestro compromiso no depende de una sede abierta.