Por: Grupo Kavilando*
Un vistazo crítico a cuatro aspectos clave derivados de la presentación del anteproyecto de Plan Distrital de Desarrollo de Medellin, presentado por la administración municipal actual, se destacan la ausencia de una línea base para evaluar el progreso, la instrumentalización de la participación ciudadana, y el creciente escepticismo en la comunidad.
El anteproyecto del Plan de Desarrollo Distrital (PDD) presentado por la administración de Federico Gutierrez actual alcalde de Medellín (2024-2027) ha suscitado una serie de preocupaciones y observaciones que, lejos de ser exclusivas de procesos críticos internos, han sido evidenciadas de manera contundente incluso para aquellos que no están directamente involucrados en los análisis detallados.
En este contexto, se han identificado cuatro asuntos destacados que merecen ser abordados con mayor profundidad y atención.
-Ausencia de Diagnóstico y Estudios Previos: El primer punto de preocupación radica en la aparente carencia de un diagnóstico adecuado y de estudios previos que respalden el anteproyecto. En una ciudad como Medellín y su área metropolitana, donde los problemas sociales, económicos y ambientales han sido exhaustivamente analizados, resulta desconcertante que el documento carezca de este fundamento básico. La falta de un diagnóstico sólido compromete la efectividad y la eficiencia de cualquier planificación futura.
-Falta de Línea Base y Proyecciones Bajas: Un segundo punto de preocupación se relaciona con la ausencia de una línea base como punto de referencia para evaluar el progreso de la planificación y el costo del proyecto. Es fundamental mantener una referencia clara para medir el avance y el impacto de las acciones propuestas. Además, las proyecciones de los indicadores presentadas en el anteproyecto parecen ser conservadoras, incluso por debajo de lo alcanzado por la administración pasada. Esta falta de ambición y transparencia sugiere una falta de interés en mostrar avances reales y puede indicar una carencia de tecnocracia en el entorno burocrático que rodea al alcalde.
-Instrumentalización de la Participación Ciudadana: El tercer punto crítico aborda la instrumentalización de la participación ciudadana y los mecanismos constitucionales por parte de aquellos que poseen el poder económico y político. Este fenómeno se evidenció de manera cruda y vulgar durante la discusión del anteproyecto, donde los consejeros territoriales se vieron limitados en su capacidad para expresar su opinión de manera libre y fundamentada. Esta situación pone en entredicho la legitimidad del proceso participativo y sugiere la necesidad de una revisión profunda del documento.
-Aumento de la Masa Crítica y Conciencia Ciudadana: Por último, se destaca el creciente aumento de la masa crítica y la conciencia ciudadana respecto al proceso de planificación municipal. Este es un aspecto alentador que sugiere que, poco a poco, tanto los asistentes como las redes de procesos están comenzando a cuestionar y concientizar sobre los procesos de toma de decisiones. Esta mayor participación ciudadana puede contribuir significativamente a mejorar la calidad y la legitimidad de la planificación municipal.
Por ahora queda claro que el anteproyecto del PDD requiere una revisión exhaustiva y una mayor participación ciudadana para garantizar que refleje de manera adecuada las necesidades y aspiraciones de la comunidad.
Es esencial que propuestas organizadas y fundamentadas como la nuestra continúen siendo retroalimentadas por el pueblo organizado, de modo que puedan influir de manera efectiva en el proceso de planificación municipal.
*Autor: Edison Eduardo Villa Holguin Grupo de Investigación Kavilando, REDIPAZ y parte de la Red "Somos Territorio" y Alfonso Insuasty Rodríguez docente universitario, maestria en ciencia, tecnología, sociedad e innovación (ITM), parte de REDIPAZ, integrante de al Red Somos Territorio.
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