Falso Positivo Judicial: la criminalización de la justicia.

Linea Conflicto Social y Paz

Por Omar Eduardo Rojas Bolaños*

De igual manera como el Falso Positivo Militar deshonra el honor de militares y policías protectores y defensores del derecho a la vida, el Falso Positivo Judicial deshonra la profesión de juristas, jueces, fiscales y magistrados comprometidos con la justicia.

 

 

falsos positivos 6

Es tan criminal el militar y el policía, que, respaldado en las funciones otorgadas por el Estado, recluta, secuestra y asesina a una persona en estado de indefensión plantándole armas para que sea percibido como terrorista (Ejecuciones extrajudiciales en Colombia 2002 – 2010. Obediencia ciega en campos de batalla ficticios. Universidad Santo Tomas, enero 2018), como lo son técnicos judiciales que plantan pruebas para señalar de criminal a una persona inocente a quien se le impugna la comisión de un acto violatorio de la ley penal.

Detrás de los militares victimarios, que asesinan en campos de batalla ficticios, se encuentran generales y asesores, quienes se aprovechan de juramentos de lealtad incondicional hacia el Estado, instituciones o personas. También se valen de iletrados que voluntaria o forzadamente prestan el servicio militar obligatorio. Detrás de los técnicos que construyen expedientes tendenciosos en la rama jurisdiccional, se encuentran jueces, fiscales, e inclusive magistrados.

El grado de formación y de conocimiento del técnico judicial comprometido con un Falso Positivo Judicial difiere del grado de instrucción profesional del soldado o policía comprometido con Falsos Positivos Militares. El uno ha sido formado, el otro adoctrinado. Quienes diseñan y ejecutan el Falso Positivo Judicial tienen una alta formación profesional. Por lo general todos son egresados de escuelas de derecho y algunos cuentan con especializaciones, maestrías o doctorados.

El Falso Positivo Judicial no se construye de la noche a la mañana, sus ejecutores se dan tiempo suficiente para su construcción. Para la cimentación del expediente judicial recurren a agencias de inteligencia o de seguridad; hay un alto grado de cooperación institucional, nacional o internacional. Con base en informaciones suministradas por inteligencia de Estado, militar o policial, ubican su objetivo, generalmente una persona contradictoria del régimen o gobierno, y de acuerdo a su perfil diseñan la ruta a seguir.

El perfil se centra en la labor o labores que realiza la víctima en su vida personal, familiar y laboral puesto que al desarrollarlas pone en duda la legalidad y la efectividad de acciones del Estado y de sus servidores públicos. La víctima de un Falso Positivo Judicial puede ser un defensor de los derechos humanos, un activista, un líder social, un defensor del medio ambiente, un maestro, un estudiante, un integrante de un movimiento sindical, un indígena, un escritor, o simplemente alguien que le apuesta a la paz de una nación, entre otros.  

El servidor público que construye expedientes judiciales, a partir de pruebas falsas, engañosas y mentirosas, lo realiza sobre personas indefensas y sin conocimiento en la normatividad legal. Tortura a la luz pública a su víctima por horas, días, semanas, meses, inclusive años. El militar que recurre al Falso Positivo, tortura a su víctima desde el momento de reclutarla o aprenderla hasta el momento de asesinarla. Por lo general, la tortura que realiza el militar sobre la víctima, a diferencia de los victimarios judiciales, es de pocas horas, pocos días, prolongando el martirio hasta el momento en que la extermina y la presenta como terrorista. El acto de la tortura en el Falso Positivo Judicial es de por vida. La tortura y el sometimiento intramural es un mensaje del régimen para quienes se atreven a dudar, criticar u oponerse a la violación de los derechos humanos, a quienes luchan por reivindicaciones sociales y a quienes se encuentran comprometidos en la construcción de una sociedad más democrática, pluralista e incluyente. El Falso Positivo Judicial no solamente somete al ser humano a barreras físicas y psicológicas, sino que intenta asesinar ideas y proyectos.

En el Falso Positivo Judicial las armas de fuego son reemplazadas por el manejo y la manipulación de las normas penales. Los operadores de justicia se adiestran en el conocimiento técnico de la norma lo que los privilegia en su manejo y les facilita las herramientas jurídicas para encubrir errores y mandatos. Amparados por el conocimiento adquirido frente a las leyes, sus autores, se dan el tiempo suficiente para adecuar el escenario de igual manera como cuando coroneles, en el Falso Positivo Militar, creaban el guion a seguir por soldados al momento de cometer los crímenes (KienyKe Historias. El coronel que confesó 57 falsos positivos. 30 de agosto 30 de 2011). En el campo de batalla ficticio se daban instrucciones para que el militar diera el tiro de gracia, vistiera a las víctimas con prendas militares, las ubicara en el terreno en determinada posición, les plantara armas de fuego y otros elementos que los vinculara a movimientos terroristas, les manipulara los dedos de las manos para disparar, y se les preparaba para dar declaraciones en medios de comunicación y en despachos judiciales.

En el falso Positivo Judicial se recurre a oficinas y despachos oficiales, donde se da instrucción a los técnicos judiciales para conseguir pruebas falsas y plantarlas en los expedientes. Las pruebas falsas recopiladas van desde montajes fotográficos hasta la consecución de testigos falsos o inexistentes. Los agentes intervinientes se dan a la tarea de inducir a cometer delitos, realizar seguimientos; comprar testigos; tomar declaraciones a testigos preparados; acomodar versiones y pruebas; y presionar criminales y delincuentes procesados o condenados con el propósito de concederles reducciones de penas u otros privilegios. Existen maniobras administrativas para suplir gastos y pagos a quienes intervienen. De igual manera que el Falso Positivo Militar el Falso Positivo Judicial, es sistemático y generalizado, no es producto de manzanas podridas o ruedas sueltas. Los dos responden a criterios económicos e intereses multinacionales y a la prolongación del régimen.

Después de que la víctima del Falso Positivo Judicial logra demostrar su inocencia en estrados judiciales, el daño ya es irreparable. De nada sirve que se reconozca su inocencia, que el Estado pida perdón o que se le indemnice pecuniariamente. Es estigmatizado y señalado de por vida. En sociedades tan polarizadas como la colombiana, después de que la víctima del Falso Positivo Judicial deja la cárcel, además de andar con la cruz encima continúa siendo objetivo militar. En los registros de organismos de inteligencia siempre estará, puesto que, queda bajo la mirada de militares y policías. El daño de los victimarios es irreparable.

*Sociólogo, investigador, integrante del Grupo Kavilando- y REDIPAZ. Actual Consejero de Paz -CONPAZ- Medellín.

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