Por Mario Zamudio Palma. Resumen Latinoamericano.
A Álvaro Tenorio lo mandaron a llamar. Un par de desconocidos se acercaron y le dijeron que “lo necesitaban para una reunión”
Eran las 3 de la tarde del jueves 18 de mayo y él estaba en su casa, en pleno centro de Magüi Payán, un pueblo pequeño en el sur del departamento de Nariño, cerca al rio Patía y al municipio de Barbacoas. “Álvaro Arturo se dirigió al sitio de la reunión con sus dos hermanos y en el sitio Bocas de Guilpi, sobre el rio Patía, los desconocidos dispararon sus armas de fuego en contra de su humanidad”, dice el informe de la Comisión de Derechos Humanos de Marcha Patriótica, que denunció el crimen.
La comunidad dijo que a Álvaro lo mataron de 10 disparos. Según el informe, este campesino “era un líder social, político y defensor de derechos humanos que hacía parte del Movimiento Étnico y Popular del Pacífico, de la Coordinación Nacional de Cultivadores de Coca Amapola y Marihuana, y del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica en Nariño”. También había sido gerente de campaña de Orlando Quiñonez Tenorio, un dirigente social que había participado en las elecciones regionales de 2015.
Horas después del asesinato de Álvaro Tenorio, “un individuo desconocido llegó a la casa de habitación de Orlando y le dijo que no podía seguir viviendo en Magüi y que se tenía que ir”, según el informe de Marcha Patriótica.
Dos días antes del crimen, Orlando tuvo una reunión “forzada” con “Segundo Torres”, un supuesto comandante del ELN en la región. Las autoridades no se han referido al caso de Álvaro Tenorio, a pesar de las denuncias de la comunidad. Según el conteo de ¡Pacifista!, es el primer crimen contra un líder social en Nariño desde que arrancó la implementación de los acuerdos de paz, el primero de diciembre del año pasado.
